El Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas ha dictaminado que Alemania no está haciendo lo suficiente para proteger la naturaleza. Los jueces del EU dictaminaron que Alemania ha violado sus obligaciones en virtud de la Directiva de Hábitats. La Comisión Europea ahora puede imponer multas millonarias a Alemania si es necesario.
En concreto, 88 áreas del TP3T no fueron designadas a tiempo como áreas protegidas del TP3T para la conservación de especies animales y vegetales. La Comisión Europea había advertido a Berlín varias veces y finalmente remitió el asunto al Tribunal de Justicia. Esta condena es un duro golpe para las autoridades alemanas y tiene consecuencias potencialmente de gran alcance para la conservación de la naturaleza en el país.
No se pueden subestimar las consecuencias de esta sentencia para el sector agrícola alemán. Muchos de estos 88 gebieden están ubicados en gebieden rurales donde la agricultura es una actividad económica importante. La condena podría conducir a regulaciones y restricciones más estrictas sobre las prácticas agrícolas en estas áreas para restaurar y preservar los hábitats naturales.
Es probable que el gobierno alemán se vea ahora obligado a tomar medidas drásticas para reparar el daño al medio ambiente. Esto puede incluir restaurar las tierras agrícolas a su estado natural original, lo que implica costos significativos para el sector agrícola.
Los ecologistas y conservacionistas acogen con satisfacción la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea como una victoria para la naturaleza y la biodiversidad en Europa. Sin embargo, también enfatizan que esto es sólo el comienzo de un proceso a largo plazo para reparar el daño causado a los hábitats naturales y la biodiversidad de Alemania.
Una de las causas de la falta de designación de áreas protegidas y de la falta de cumplimiento es el hecho de que partes de la política agrícola y natural alemana están bajo el control del gobierno federal de Berlín y otras partes (bastante grandes) de los gobiernos regionales de dieciséis estados alemanes. Algo parecido ocurrió hace unos años con la política alemana de fertilizantes y nitratos, que Berlín tuvo que ajustar tras una multa europea millonaria.