Una muy pequeña mayoría del Parlamento Europeo ha aprobado la composición de la nueva Comisión Europea de la presidenta Ursula von der Leyen. Su comisión sólo recibió el apoyo de 370 eurodiputados, 36 abstenciones y 282 votos en contra.
Esto equivale a casi 54% de todos los votos emitidos, el apoyo más pequeño jamás obtenido para una nueva Comisión. Casi todas las facciones votaron divididas.
La división en el Parlamento ejerció presión sobre la coalición proeuropea del PPE, Socialistas y Liberales. Tanto Iratxe García, líder de los socialistas, como Valérie Hayer, de Renew Europe, criticaron el acercamiento del PPE a los partidos nacionalistas de derecha y de extrema derecha.
Los eurodiputados quieren que la nueva Comisión aborde rápidamente los desafíos que enfrenta el EU. Pidieron a von der Leyen y su equipo que mejoren la competitividad europea, implementen el Acuerdo Verde, garanticen la independencia energética y construyan una unión de defensa en respuesta a la guerra en curso en Ucrania.
Von der Leyen reconoció las tensiones y pidió la cooperación entre todas las fuerzas democráticas y proeuropeas. “Adoptar la división y forjar compromisos es el sello distintivo de una democracia vibrante”, afirmó. Señaló que tanto la actual guerra de Rusia contra Ucrania como la inminente guerra comercial de Estados Unidos contra China amenazan la estabilidad dentro y fuera del EU.
En su discurso, von der Leyen prometió una Comisión totalmente centrada en revitalizar la estancada economía del EU, aumentar la competitividad, reducir la burocracia, aprovechar la inversión y cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China.
La primera iniciativa de la Comisión será una “brújula competitiva” para cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China y hacer que la economía europea sea más verde e independiente. Además, Von der Leyen reiteró su petición de un mayor gasto en defensa y un papel más fuerte de Europa en los conflictos geopolíticos.