Austria ahora quiere dejar de importar gas ruso lo antes posible

Austria ha presentado una propuesta urgente para dejar de importar gas natural ruso lo antes posible. Esta propuesta surge en medio de crecientes preocupaciones sobre la dependencia de Rusia del suministro de energía, una preocupación que se hace aún más apremiante por la guerra en curso en Ucrania. 

Inicialmente, la política ucraniana pretendía eliminar estas importaciones hasta el año 2040, pero ese largo retraso fue cancelado por el tribunal de Viena. Ahora se habla de una eliminación gradual en 2027.

A pesar de las tensiones geopolíticas, el suministro de gas ruso a Europa, especialmente a países como Austria, permanece prácticamente intacto. Pero los recientes acontecimientos en el campo de batalla y la batalla por el control de una infraestructura crucial de gas han agudizado aún más el debate sobre la seguridad energética en Europa.

La semana pasada, el ejército ucraniano dio un paso importante al capturar una estación de distribución de gas rusa en la región de Kursk. Esta estación está situada en el último y único gasoducto ruso en funcionamiento que transporta gas a Europa Occidental a través del territorio ucraniano. 

Actualmente, la estación de distribución de Sudzha es el único punto por el que el gas ruso entra en Ucrania para su transporte a los clientes europeos. Esta operación marca un giro significativo en la guerra y ha alimentado aún más las preocupaciones sobre el suministro de gas en países como Austria y Hungría, que dependen casi por completo de Rusia para su suministro energético.

Aunque la situación sigue siendo tensa, Ucrania y Rusia aparentemente han llegado a un acuerdo implícito para mantener operativa la estación de distribución de gas a pesar de las hostilidades. Esta decisión parece estar motivada por la dependencia mutua de las exportaciones y los ingresos del gas, pero también subraya la vulnerabilidad del suministro energético europeo.

Para Austria, que obtuvo 80% de su gas de Rusia en 2022, reducir esta dependencia es un enorme desafío. El gobierno austriaco, liderado por una coalición (saliente) Púrpura-Verde, ha declarado explícitamente que el país debe dejar de importar gas ruso lo antes posible. Los analistas señalan que esto conlleva riesgos importantes. Por ejemplo, el país tendrá que acelerar la transición hacia la producción de energía solar y eólica sostenible.