Debido a la actual sequía, el gobierno portugués ha impuesto una prohibición parcial de fumigación a los agricultores, lo que significa que pueden extraer una cuarta parte menos de agua de ríos, cuencas y aguas subterráneas. Al principio se habló de que se les permitiría bombear un 70 por ciento menos, pero por ahora se ha reducido debido a las protestas de los agricultores.
En la vecina España, especialmente en Andalucía, se ha declarado ahora una especie de emergencia y se ha solicitado ayuda europea y trasvase de agua a Portugal.
En Andalucía, debido a la persistente falta de lluvia, el almacenamiento de agua ha caído por debajo de las 15% de capacidad y aproximadamente 500.000 residentes ya se enfrentan a un suministro de agua limitado. Andalucía también se prepara para suministrar agua por barco.
La región española ha prometido a los agricultores 50 millones de euros en ayuda de emergencia y 150 millones de euros para mejorar el suministro de agua potable. También se ha pedido apoyo al gobierno central de Madrid.
Al mismo tiempo, Portugal, que se enfrenta a una grave sequía en la región turística del sur del Algarve, ha anunciado una reducción de 251 TP11 T en agua para uso agrícola y 151 TP11 T para uso urbano.
En el Algarve, los agricultores, especialmente en las zonas de Silves, Lagoa y Portimão, deberán tomar medidas de emergencia. El riego todavía sólo se permite para la supervivencia de los cultivos, especialmente de los cítricos. Esto podría provocar pérdidas estimadas en 12 millones de euros e incertidumbre sobre el futuro de los agricultores de la región.