Las autoridades europeas y algunos países vecinos de Ucrania han prometido otros mil millones de euros para apoyar la expansión y mejora de los corredores de exportación terrestres de Ucrania.
Esto permite que Kyiv transporte productos agrícolas a través del continente europeo y lo hace menos vulnerable a las amenazas rusas contra el transporte marítimo a través del Mar Negro. A fines de esta semana, expira el acuerdo temporal entre Rusia y Ucrania con las Naciones Unidas y Turquía sobre exportaciones de granos por mar sin obstáculos.
La Comisión Europea, Polonia, la República Checa, Rumanía, Eslovaquia, la República de Moldavia y Ucrania, junto con el Banco Europeo de Inversiones (BEI), el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) y el Banco Mundial, han acordado nuevas financiación. Bruselas está ansiosa por enfrentar la amenaza de hambruna en partes de África y Medio Oriente mientras apoya al sector agrícola de Kiev.
El anuncio le da al proyecto un importante impulso financiero, con dinero para reducir los tiempos de espera de los camiones y trenes que cruzan desde Moldavia y Ucrania a Polonia y Rumania, principalmente a través de reparaciones y desarrollo de infraestructura vial y ferroviaria en Ucrania.
La posible renovación del acuerdo del Mar Negro se está discutiendo ahora en el escenario mundial más alto, en la cumbre del G20 en Bali, Indonesia. Allí, el jefe de la ONU, Gutiérrez, y el ministro ruso, Lavrov, acordaron que las sanciones occidentales no deberían conducir a la interrupción de la exportación de productos agrícolas, alimentos y fertilizantes rusos. Ya se discutió la relajación del bloqueo del tráfico de pago.
El fin de semana pasado, el Ministerio de Agricultura de Rusia anunció que la cosecha de cereales de este año es mucho mayor y que Rusia podría duplicar su ayuda en cereales a los países africanos hambrientos.
Un acuerdo separado de la ONU promete el libre flujo de exportaciones de fertilizantes rusos, pero Moscú sigue quejándose de las dificultades. Rusia es actualmente la que tiene más dificultades para exportar su amoníaco. No tiene terminales en puertos rusos para cargarlo en barcos, por lo que siempre se ha basado en enviarlo a terminales en los países bálticos y Ucrania a través de un oleoducto, pero eso se bloqueó después de la invasión rusa del sur de Ucrania.
El fin de semana pasado, se permitió el envío a África de tres envíos incautados de fertilizantes rusos de los puertos de Rotterdam, Amberes y Muuga (Estonia) como parte de un acuerdo ruso con la ONU. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, dijo que el Kremlin está tratando de "cargar a Occidente con la culpa de la crisis alimentaria que ha provocado para presionarnos a levantar las sanciones".