Los economistas de la OCDE y la FAO esperan que la producción de alimentos crezca un 1,5 por ciento anual durante los próximos diez años. Este crecimiento se da principalmente en las economías emergentes y en los países pobres, y difícilmente en los países industrializados. También aumentará las emisiones globales de gases de efecto invernadero de la agricultura en otro 4%.
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) afirman en sus Perspectivas de la agricultura 2021-2030 que el progreso en la agricultura se basará en gran medida en un mejor acceso a la financiación y la inversión en tecnología y infraestructura.
Al igual que con la producción de cultivos, la producción ganadera y pesquera derivará gran parte de su crecimiento proyectado de mejoras en la productividad, según la OCDE y la FAO. En la ganadería, esta mejora se conseguirá principalmente mediante métodos de alimentación más intensivos y mejoras genéticas.
Se espera que la producción de pescado de piscifactoría supere el volumen de capturas de pescado en cinco años y represente más de la mitad de la producción total de pescado en diez años.
Los expertos enfatizan el papel fundamental que juega la agricultura en el cambio climático. Es probable que la intensidad de carbono de la producción agrícola disminuya proporcionalmente, ya que las emisiones directas de gases de efecto invernadero aumentarán más lentamente que el crecimiento de la producción.
También se espera que la cantidad mundial de alimentos disponibles por persona aumente en un promedio de 4%. Sin embargo, ese promedio mundial enmascara las diferencias entre países y continentes: todavía se desperdician muchos alimentos a escala mundial, mientras que miles de millones de personas todavía padecen hambre.
Se espera que los consumidores de los países de ingresos medianos aumenten más su consumo de alimentos, mientras que los alimentos de los países de ingresos bajos se mantendrán prácticamente sin cambios.
Debido a la creciente conciencia sobre la salud y el medio ambiente, se espera que el consumo de carne per cápita no aumente más y que los consumidores opten cada vez más por las aves y los productos lácteos en lugar de la carne roja, según esperan.