Los participantes en la reunión de paz de Libia en Berlín acordaron el domingo respetar un embargo de armas de la ONU de larga data, y acordaron no proporcionar apoyo militar a ninguna de las partes beligerantes. También se formará un comité para dar seguimiento a esta cumbre. Eso podría ser un paso hacia un alto el fuego en Libia.
Tanto el primer ministro libio Sarraj como el señor de la guerra Haftar estuvieron presentes en la capital alemana. Sin embargo, no se han hablado entre ellos. La canciller Merkel dijo que los rivales han prometido nombrar a ieder cinco miembros para un comité militar que comenzará las conversaciones sobre un alto el fuego permanente. Merkel dice que no se han hecho acuerdos sobre la retirada del apoyo militar ya otorgado.
Ese embargo de la ONU ha existido durante muchos años, pero en los últimos años ha sido violado por casi iedereen. Como resultado, Libia se ha convertido en un campo de batalla de varias milicias fuertemente armadas. Tampoco se han hecho acuerdos concretos en Berlín para sanciones a las partes que nuevamente violarán el embargo de armas.
Los ministros de Asuntos Exteriores del EU ahora se reúnen en Bruselas para hablar sobre los resultados de la cumbre de Libia en Berlín. El ministro alemán Heiko Maas y el español Josep Borrell, presentes en nombre del EU, informarán a sus colegas europeos.
La ONU, el EU y los países involucrados en el conflicto acordaron el domingo poner fin al apoyo militar a las partes beligerantes. Borrell ya puede hacer propuestas el lunes sobre cómo puede ayudar el EU. No solo Libia ha sido destrozada por disputas, los otros participantes en la conferencia también apoyan a diferentes partes en el conflicto.
Las principales partes en conflicto en el país del norte de África son el caudillo militante Khalifa Haftar y el líder del débil gobierno de Fayez al-Sarraj, reconocido por la ONU en Trípoli. Haftar es el hombre fuerte en el este del país, pero sus tropas ahora también amenazan a Trípoli en el oeste.
Menos de siete millones de personas viven en el país rico en petróleo. En ese momento, Europa ayudó a derribar al dictador Muammar Gaddafi en 2011, pero ahora está desempeñando un papel de apoyo en el país que es un trampolín para los migrantes que desean cruzar el Mediterráneo hacia EU.