El Parlamento Europeo vetó el miércoles permitir residuos de venenos agrícolas prohibidos en productos importados como frutas y verduras. Una mayoría de más de 500 eurodiputados apoyó las objeciones que el Partido por los Animales había presentado contra ese plan.
La Comisión Europea quería permitir que el café, los cereales, la carne, los limones, las mandarinas y la remolacha azucarera importados contuvieran pequeñas cantidades de "carbendazim" y "ciproconazol". En la Unión Europea, a los agricultores no se les permite utilizar estos productos químicos porque son perjudiciales para la salud y altamente tóxicos para el medio ambiente.
El ciproconazol es un pesticida antimicótico que se utiliza en cultivos de cereales, café, remolacha azucarera, uvas y maní. La droga tiene un efecto disruptor hormonal. La 'carbendazima' es una sustancia mutagénica que se pulveriza sobre limones y mandarinas fuera de Europa.
“Estas sustancias están prohibidas en el EU. Entonces sería extraño que se les permitiera entrar en alimentos importados. Nuestro objetivo es que todos los agricultores, dentro y fuera de Europa, produzcan alimentos respetando a los animales, nuestro planeta y nuestra salud. Entonces también se deben establecer las mismas normas para los productos importados que para los productos europeos”, afirmó la eurodiputada Anja Hazekamp (Partido por los Animales).
Las objeciones adoptadas tienen efecto vinculante, lo que significa que los productos importados deben permanecer libres de las toxinas antes mencionadas. Las resoluciones adoptadas enfatizan que los productos agrícolas importados de países que no pertenecen al EU deben cumplir con los mismos estándares que los productos producidos en el EU para garantizar la igualdad de condiciones.
522 eurodiputados votaron a favor de la objeción a la decisión de la Comisión sobre ciproconazol y espirodiclofeno, 127 en contra y 28 se abstuvieron. Para el benomilo, el carbendazim y el tiofanato de metilo, 516 eurodiputados votaron a favor de la objeción, 129 en contra y 27 se abstuvieron.
Se necesitaba una mayoría absoluta de al menos 359 eurodiputados para rechazar las decisiones de la Comisión. La Comisión Europea ahora debe retirar sus propuestas. Los eurodiputados piden a la Comisión que presente una nueva propuesta que reduzca todos los niveles máximos de residuos al valor estándar más bajo posible de 0,01 mg