El primer ministro francés forma "el gobierno más derechista de la última década"

Los analistas franceses describen al nuevo gobierno francés del primer ministro Michel Barnier como "el gobierno más derechista de los últimos diez años". En las recientes elecciones parlamentarias, los partidos de centro izquierda salieron victoriosos, pero el presidente Macron nombró a Barnier como nuevo primer ministro.

Barnier, el exnegociador del Brexit, formó la semana pasada un gobierno de centroderecha compuesto principalmente por fuerzas conservadoras, incluidos miembros destacados de su propio Partido Republicano. 

El nuevo gobierno dará prioridad a abordar el déficit presupuestario y las reformas económicas necesarias, al tiempo que prestará atención a cuestiones como la inmigración, la seguridad y la protección del medio ambiente, según Barnier.

Uno de los nombramientos más destacados es el de Bruno Retailleau como ministro del Interior. Retailleau es conocido por su duro enfoque hacia la inmigración y la seguridad, lo que genera controversia dentro de la élite política. 

Además, Jean-Noël Barrot, centrista y ex ministro adjunto de Asuntos Europeos, asumirá el cargo de ministro de Asuntos Exteriores. Está a favor de vínculos estrechos con Europa, lo que encaja con los antecedentes de Barnier y su enfoque en los asuntos europeos.

En materia de agricultura, Annie Genevard ha sido nombrada Ministra de Agricultura, Soberanía Alimentaria y Silvicultura. Genevard proviene del Partido Republicano y anteriormente se ha pronunciado en contra de acuerdos de libre comercio como el CETA y el Tratado EU-Mercosur. 

Su enfoque proteccionista de la política agrícola francesa está en consonancia con el deseo de muchas organizaciones agrícolas de proteger los intereses de los agricultores franceses. Genevard tendrá que navegar entre la presión de los lobbies agrícolas franceses y los requisitos de los acuerdos comerciales europeos e internacionales.

El gobierno de Barnier enfrenta importantes desafíos, incluida la reducción de la deuda nacional de Francia y el control del déficit presupuestario, y el propio Barnier desempeña un papel activo en las negociaciones con la Comisión Europea.