Por primera vez en diez años, el volumen de negocio de la agricultura y la ganadería alemana ha disminuido aproximadamente un tres por ciento. Sólo la industria láctea sigue dando resultados positivos. Con esta contracción, el sector agrícola sigue el ligero descenso que registra toda la economía alemana por segundo año consecutivo, debido principalmente a los retrocesos en las industrias química y automovilística.
El declive del sector agrícola refleja tendencias económicas más amplias en Alemania. El crecimiento económico se ve obstaculizado por desafíos estructurales como el aumento de los costos de la energía y el estancamiento de las exportaciones.
A pesar del declive general, la industria láctea alemana logró alcanzar un ligero crecimiento. Esto se debe principalmente a la fuerte demanda de productos lácteos en el extranjero. Alemania sigue siendo un importante exportador de leche y queso, especialmente a otros países europeos. Esta demanda internacional compensa el menor consumo interno.
Según el barómetro económico de EY, el descenso se atribuye al aumento de los costes de fertilizantes, energía y piensos. A muchos agricultores les resulta difícil repercutir estos costos, lo que se traduce en márgenes de ganancia más bajos. Las empresas más pequeñas, en particular, están atravesando momentos difíciles.
El declive de la agricultura está en consonancia con la crisis económica más amplia que sufre Alemania. La economía se contrajo un 0,3 por ciento en 2024, después de una caída similar en 2023. Los economistas dicen que esto es excepcional, ya que Alemania ha sido conocida durante mucho tiempo como el motor de la economía europea.
También la industria alimentaria alemana registró menores ventas. Esto se debe a una disminución del poder adquisitivo de los consumidores, que optan cada vez más por alternativas más baratas. El cambio hacia marcas más baratas está afectando tanto a los productores nacionales como a los exportadores.
Para apoyar al sector, los grupos de interés piden más apoyo gubernamental. Destacan que el foco debe estar en la innovación y el uso eficiente de los recursos para reducir costos. Además, se fomenta una mayor colaboración entre los agricultores y las empresas tecnológicas.
Aunque algunos expertos son optimistas sobre una posible recuperación en 2025, otros siguen señalando desafíos persistentes como las tensiones geopolíticas y las incertidumbres económicas en Europa. Se espera que el sector agrícola se recupere lentamente como máximo, dependiendo de los precios de la energía y de las oportunidades de exportación.