El tamaño de la cabaña ganadera alemana y el valor económico del sector agrícola volvieron a disminuir ligeramente el año pasado. Esto continúa la tendencia de los últimos años entre nuestros vecinos del este.
Según el informe anual de la agencia estadística alemana Destatis, el tamaño de la cabaña ganadera ha disminuido en varios por ciento, manteniendo su posición sólo la cabaña porcina, mientras que el valor económico de todo el sector agrícola alemán mostró una disminución del 1 por ciento.
La población ganadera alemana alcanzó un mínimo histórico. El número de cabezas de ganado disminuyó en 3,5% respecto al año anterior, hasta 10,5 millones de animales. Dentro de esta categoría, el número de vacas lecheras disminuyó en 3,3%, hasta 3,6 millones. En diez años, el número de cabezas de ganado ha disminuido en 17,91 TP11T, lo que equivale a una reducción de 2,3 millones de animales.
La cría de ovejas también experimentó una disminución en tamaño. El número de ovejas disminuyó en 3,4% respecto al año anterior, hasta 1,5 millones de animales. En comparación con hace diez años, esto supone una disminución de 5,9%.
La cabaña porcina se mantuvo relativamente estable en 21,2 millones de animales, una ligera disminución de 0,2% en comparación con el año anterior. Sin embargo, en los últimos diez años ha habido una disminución significativa de 25,2%, lo que equivale a una reducción de 7,2 millones de cerdos. El número de explotaciones porcinas disminuyó en 41,71 TP11T en diez años. Esto indica una tendencia hacia economías de escala; el número medio de cerdos por empresa aumentó de 1.100 a 1.400.
El Bundesinformationszentrum Landwirtschaft (BZL) estima que el valor total de la producción agrícola del año pasado ascendió aproximadamente a 75,4 mil millones de euros, una disminución de 1% (700 millones de euros) en comparación con 2023. Esta ligera disminución se debe principalmente a la menor producción de hortalizas que con 2% disminuyó a 34,6 mil millones de euros.
Los productos agrícolas como los cereales, las semillas oleaginosas y la remolacha azucarera experimentaron importantes caídas de valor debido a las condiciones climáticas adversas y a la caída de los precios. Por el contrario, el valor de las proteaginosas, las patatas, las hortalizas frescas y las frutas aumentó significativamente.
La producción animal experimentó un ligero aumento de valor hasta los 36.000 millones de euros, superando una vez más a la producción vegetal. Aunque la producción de animales para sacrificio aumentó, estos aumentos se vieron contrarrestados por la caída de los precios al productor. La leche cruda escaseaba, lo que provocó un aumento de los precios de la leche y de la mantequilla.