Los agricultores italianos exigen vallas contra los jabalíes infectados por la peste porcina africana

La asociación agrícola italiana Coldiretti exige al gobierno que tome medidas contra la propagación de la peste porcina africana (PPA) entre los jabalíes. La poderosa asociación agrícola no sólo quiere mayores presupuestos para compensar a los criadores de cerdos si se detecta peste porcina africana en su ganado, sino que también pide más cercas eléctricas.

La propagación de la peste porcina supone una amenaza directa para las granjas porcinas del país, especialmente en el norte. En las regiones de Piamonte y Liguria, pero también en algunas zonas de Lombardía y Emilia-Romaña, ya hay seis explotaciones agrícolas afectadas por la enfermedad. Esto ha llevado al sacrificio de miles de cerdos para evitar una mayor propagación.

“Los nuevos brotes requieren inversiones rápidas para mejorar la bioseguridad en las granjas. Ya no podemos presenciar impotentes la matanza indiscriminada de miles de animales sanos debido a la propagación del virus en una población salvaje fuera de control”, explica Ettore, presidente de Coldiretti. Prandini a ANSA.

“Los nuevos brotes requieren inversiones rápidas para mejorar la bioseguridad en las granjas. Ya no podemos presenciar impotentes la matanza indiscriminada de miles de animales sanos debido a la propagación del virus en una población salvaje fuera de control", dijo el presidente de Coldiretti, Ettore, a la agencia de noticias italiana ANSA. 

Antes del brote de peste porcina en Italia hace dos años y medio, Coldiretti había pedido que se construyeran vallas y cercas cerca de las principales infraestructuras viarias, como ferrocarriles y autopistas. Si esto hubiera sucedido, ahora se dice que hoy no tendríamos estos problemas. 

No sólo Italia, sino también otros países europeos están luchando contra la rápida propagación de la peste porcina africana. En Francia, el presidente del mayor sindicato de agricultores, FNSEA, ha dado la voz de alarma sobre el impacto de la enfermedad en la producción agrícola. También es preocupante la situación en otros países, como Estonia y Polonia.