La policía francesa puede proteger a los agricultores de los activistas medioambientales

El Tribunal Supremo francés ha dictaminado que la gendarmería especial Demeter contra las protestas de los ambientalistas en el campo francés opera dentro de criterios legalmente permitidos. Según el tribunal, la policía puede vigilar a los grupos ideológicos que preparan manifestaciones y bloqueos contra el procesamiento de cultivos genéticos y la fumigación de productos químicos.

La unidad de policía francesa Demeter se creó en 2019 para combatir la delincuencia en las zonas rurales, centrándose en proteger a los agricultores de las amenazas y el vandalismo. La creación se produjo en un contexto de crecientes ataques a las empresas agrícolas y del llamado "agribashing".

Los movimientos ecologistas y climáticos critican el funcionamiento de la unidad Demeter. Acusan a la unidad de violar la libertad de expresión y el derecho a la protesta pacífica. Para ellos, Demeter es una herramienta para silenciar las voces críticas sobre las prácticas agrícolas industriales. 

Por otro lado, los grupos franceses de defensa de la agricultura han adoptado la unidad policial como una medida para proteger a los agricultores. Señalan que esta unidad les ayuda en un momento en el que los agricultores se enfrentan cada vez más a la intimidación, el robo y la violencia. 

El reciente fallo del Consejo de Estado del 7 de noviembre de 2024 confirmó la legitimidad de la unidad Demeter y sus actividades. El Tribunal Supremo Administrativo dictaminó que la gendarmería tiene derecho a controlar las acciones ideológicas de los activistas medioambientales si estas acciones van acompañadas de alteraciones del orden público. El tribunal concluyó que no hubo violación de derechos fundamentales.

El fallo ha provocado reacciones divididas. Las organizaciones agrícolas expresaron su alivio y acogieron con satisfacción la confirmación de la legitimidad de Demeter. Por el contrario, las organizaciones ambientalistas y de derechos humanos expresaron decepción y preocupación por el posible recorte de las libertades civiles. Temen que el fallo siente un precedente para limitar aún más las protestas y el activismo en Francia.