El canciller alemán, Olaf Scholz, quiere mantener los controles fronterizos existentes en varios países vecinos "el mayor tiempo posible". Han demostrado ser "muy eficientes", dijo Scholz. Esta posición genera importantes tensiones dentro de la coalición alemana entre el SPD, el FDP y los Verdes.
Desde mediados de octubre del año pasado, la policía de fronteras realiza controles selectivos en las fronteras con Polonia, la República Checa y Suiza. En septiembre de 2015 ya introdujeron controles en la frontera entre Alemania y Austria. El número de inmigrantes que ingresan ilegalmente al país ha disminuido recientemente, pero a aquellos que quieren solicitar asilo generalmente se les permite ingresar al país.
Los Verdes subrayan que estos controles van en contra del Tratado de Schengen, que garantiza la libre circulación dentro del EU. El partido incluso ha pedido a la Comisión Europea que intervenga y ponga fin a los controles.
A pesar de las críticas, el otro gran socio de la coalición, el SPD, se ha pronunciado a favor de mantener los controles fronterizos, aunque sean controles aleatorios. El partido considera que los controles son un medio necesario para garantizar la seguridad en el país, especialmente a la luz de la creciente presión migratoria y la reciente amenaza terrorista. El FDP ha apoyado hasta ahora la ampliación de los controles.
No sólo en la propia Alemania, sino también en países vecinos como los Países Bajos se exigen controles fronterizos más estrictos. En los Países Bajos, la recién instalada coalición de cuatro partidos de extrema derecha liderada por el líder del PVV, Geert Wilders, ha decidido ampliar significativamente los controles temporales existentes.
La presencia de varios millones de solicitantes de asilo y refugiados en Alemania sigue siendo un tema muy controvertido en la política y la sociedad alemanas. Este debate se ha visto aún más avivado por el reciente ataque terrorista en Solingen, en el que tres personas fueron asesinadas a puñaladas. El presunto autor es un sirio de 26 años, cuya solicitud de asilo fue rechazada recientemente. El hombre pronto sería deportado.
El líder de la oposición, Friedrich Merz (CDU), pidió a la coalición gubernamental formada por el SPD, el FDP y los Verdes que deje por completo de aceptar refugiados de Siria y Afganistán. Pidió medidas más estrictas para controlar la afluencia de inmigrantes. El canciller Olaf Scholz respondió enfatizando que el derecho individual de asilo “permanece intacto” y que Alemania cumplirá con sus obligaciones internacionales.