Según tres organizaciones internacionales de protección del medio ambiente, la Unión Europea (EU) se está quedando corta en sus planes de agricultura sostenible. La Agencia Europea de Medio Ambiente (EEB), Naturschutzbund Deutschland (NABU) y BirdLife dicen que no se están cumpliendo los objetivos de Farm-to-Fork y del Acuerdo Climático de París.
Los ministros de la LNV de los países del EU debatirán este lunes en Bruselas los avances tanto de la política agrícola como de la reducción del uso de productos químicos y fitosanitarios.
El EU cree que el uso de pesticidas debería reducirse a la mitad para 2030, mientras que el acuerdo climático de París apunta a limitar el calentamiento global a un máximo de 2 grados centígrados, y preferiblemente a 1,5 grados. Los clubes ecologistas creen que muchos países optan por los requisitos mínimos. Esto lleva a la inactividad en el geieden donde más se necesita, dicen.
El EU ya ha dado pasos importantes para impulsar la transición hacia una agricultura sostenible, como reconocen las organizaciones. Pero según ellos, aún queda mucho trabajo por hacer para que el sector agrícola sea más sostenible. Es crucial que la Comisión Europea aumente la presión sobre los estados miembros para que ajusten sus planes estratégicos nacionales, y que haya más rendición de cuentas sobre cómo se gastan los subsidios agrícolas.
Según las organizaciones, los planes estratégicos nacionales no están abordando la crisis urgente de la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Se espera que esto conduzca a una mayor disminución de la biodiversidad y la pérdida de hábitat ieden para los animales.
El informe de las tres organizaciones ambientales también establece que se necesita más atención para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir el uso de tierras agrícolas.
Los clubes ambientales enfatizan que la agricultura sostenible no solo es buena para el medio ambiente, sino también para los propios agricultores. Las prácticas agrícolas sostenibles pueden conducir a reducciones de costos, por ejemplo, al usar menos pesticidas y mejorar la salud del suelo, lo que, según dicen, conduce a mayores rendimientos.
También puede conducir a una mejora en la calidad y el valor nutricional de nuestros alimentos, lo que es mejor para nuestra salud y bienestar. Además, la agricultura sostenible puede contribuir a preservar la biodiversidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual es fundamental para limitar el calentamiento global y contrarrestar los impactos negativos del cambio climático.