Johnson busca apoyo para los disidentes irlandeses del norte y laboristas para el acuerdo Brexit

Foto de Jolan Wathelet en Unsplash

El primer ministro británico, Boris Johnson, regresa de la cumbre del EU en Bruselas a Londres con un acuerdo de divorcio en el bolsillo entre el Reino Unido y la Unión Europea. Ahora tendrá que convencer a la Cámara de los Comunes para que acepte el acuerdo. Si eso tiene éxito, entonces el Parlamento Europeo también tendrá que dar su bendición.

Según el coordinador del Brexit y eurodiputado Guy Verhofstadt, lo que se acordó es más o menos la primera propuesta presentada por el EU a los británicos hace tres años.

Verhofstadt le dijo al VRT que hay una gran diferencia con el acuerdo anterior que la predecesora de Johnson, Theresa May, eventualmente estipuló pero no fue dada por el parlamento británico: la presión del tiempo. Según Verhofstadt, debido a limitaciones de tiempo, no se han cruzado varias líneas rojas para Europa: la frontera blanda con Irlanda del Norte y la preservación del mercado único europeo.

Solo cuando el acuerdo haya sido ratificado por el Parlamento británico, el Parlamento Europeo lo discutirá. Según él, Europa no corre ningún riesgo al comenzar un procedimiento de vez en cuando y se enfrenta a un parlamento británico que no lo aprueba.

Boris Johnson no está seguro de una mayoría parlamentaria. Su socio de coalición, el DUP de Irlanda del Norte, no apoya el acuerdo, ni tampoco la oposición liberal LibDem y el partido antieuropeo Brexit. Johnson solo puede encontrar una mayoría si 21 miembros del partido conservador (que fueron expulsados de él el mes pasado) apoyan su propuesta, así como también unos 15 miembros de la oposición laborista.

El líder de la oposición Jeremy Corbyn ya se ha pronunciado en contra del acuerdo, pero también hay parlamentarios en su partido que de todos modos quieren salir del EU. Posiblemente esos disidentes laboristas ayudarán a Boris Johnson a su muy necesaria mayoría.

Verhofstadt todavía cree que es posible que los británicos abandonen la Unión Europea el 31 de octubre, pero luego tienen que acordar de antemano el sábado. No excluye la posibilidad de una sesión adicional del Parlamento Europeo, incluso en ese caso, "porque los detalles del estatuto de los ciudadanos europeos todavía tienen que ser examinados a fondo".

Si no funciona en Londres el sábado, nuevamente, se abren diferentes escenarios. El presidente de la Comisión Europea, Juncker, no espera un nuevo aplazamiento, pero al presidente europeo Donald Tusk le gustaría incorporar otra opción.