La calidad de las aguas superficiales en EU aún no es lo suficientemente buena

La calidad del agua superficial en Europa está cada vez más sometida a una presión severa. Aunque la Unión Europea lleva décadas tomando medidas para reducir la contaminación, casi 60% de las aguas superficiales europeas todavía no tienen el estatus de “buenas”, como exige la Directiva Marco Europea del Agua (DMA). 

Las principales fuentes de contaminación son los fertilizantes y los productos químicos procedentes de la agricultura, que contaminan el agua con nutrientes como el nitrógeno y el fósforo, provocando la eutrofización. Además, las aguas residuales industriales contribuyen a la contaminación química de ríos, lagos y aguas costeras.

Los cambios estructurales en las vías fluviales, como presas y canalizaciones, también han contribuido al deterioro ecológico, según un nuevo informe de la Agencia de Medio Ambiente EU.

Se dice que las aguas superficiales son cruciales para mantener la biodiversidad, pero en muchas regiones del noroeste de Europa (incluidas Bélgica, los Países Bajos y Alemania), la calidad de las masas de agua por encima de 90% se describe como moderada, mala o muy mala. 

Por lo tanto, la próxima revisión de las directrices EU sobre la contaminación del suelo y el enfoque de la lixiviación química es crucial. Esta revisión de la directiva marco no sólo debería mejorar la calidad del agua, sino también restaurar la salud de los ecosistemas. 

Además de la amenazante contaminación de las aguas superficiales, Europa también debe tener en cuenta el cambio climático, que aumenta la presión sobre la seguridad hídrica. El aumento de las temperaturas, los cambios en los patrones de precipitación y las sequías de las plantas están provocando un aumento del estrés hídrico en varias regiones, especialmente en el sur de Europa. Las masas de agua como ríos y lagos se contaminan más rápidamente, lo que afecta aún más la calidad del agua.