La Comisión Europea propone desnatar los beneficios de las empresas eléctricas y comercializadoras de gas. Con ese exceso de ganancias, los países EU pueden ayudar financieramente a sus residentes a pagar las altísimas facturas de energía. A finales de este mes se celebrará una cumbre europea adicional sobre este tema.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, dijo en su discurso anual sobre el Estado de la Unión que las compañías energéticas actualmente están obteniendo grandes ganancias de la especulación en los mercados energéticos internacionales a medida que Rusia manipula el suministro de petróleo y gas natural.
Señaló que al cerrar el gasoducto Nordstream 1, Rusia está utilizando la energía como arma política contra las sanciones europeas. El precio del gas era de 40 euros el megavatio hora a mediados del año pasado y ahora es casi diez veces más caro en 2022.
Corresponde a los ministros de Energía europeos y a los líderes gubernamentales decidir si también habrá un precio máximo para la compra de gas y electricidad. También deben decidir si se mantiene el vínculo entre los precios del petróleo y los precios del gas.
La comisaria de Energía, Kadrie Simson, dijo ayer en un debate con el Parlamento Europeo que las decisiones recientes de la Unión Europea ya han reducido la demanda de gas en un 10 por ciento. Los países del EU ya están importando más de Estados Unidos y están negociando con Israel, Egipto, Argelia y Azerbaiyán.
Hoy Simson, junto con el comisario del clima Frans Timmermans, presenta los detalles del plan de intervención de emergencia que se debatirá en una cumbre en Praga a finales de este mes.
Una parte importante de esto será que los países EU acelerarán la inversión en energía renovable. De esta manera, la dependencia de la importación de energía rusa, así como el agotamiento de los combustibles fósiles que amenazan el medio ambiente, se puede reducir más rápidamente.