La peste bovina se está extendiendo entre las ovejas griegas

En este septiembre En esta fotografía del 7 de agosto de 2019, cabras y ovejas pastan libremente cerca de la playa en la aldea de Kipos, en la isla de Samothraki, al noreste de Grecia. El pastoreo de cabras es una forma de vida en Samothraki, una isla griega de difícil acceso en el norte del Mar Egeo, pero expertos y lugareños están trabajando juntos para controlar la población animal que ha dejado sus montañas áridas y a los isleños bajo la amenaza de deslizamientos de tierra. (Foto AP/Iliana Mier)

El brote de peste bovina por PPR en cabras en Grecia también está teniendo graves consecuencias para la ganadería en Europa. Desde que se descubrieron los primeros casos en Grecia, la enfermedad se ha extendido rápidamente. 

Hasta el momento se han confirmado 22 casos en Grecia. El brote ha llevado a que las autoridades griegas adopten medidas estrictas para evitar una mayor propagación. Se ha impuesto una prohibición de transporte nacional, lo que supone un duro golpe para el comercio de estos animales. El gobierno también ha impuesto medidas de cuarentena a los gebieden afectados y está llevando a cabo campañas de vacunación a gran escala.

La situación en Grecia también tiene consecuencias para los países vecinos. En Rumania, ya se han notificado 37 brotes activos de PPR, principalmente en la región de Caraș-Severin, donde 28 pueblos han sido puestos en cuarentena. Las autoridades rumanas han tomado medidas similares a las de Grecia, incluida la prohibición del movimiento de ovejas y cabras y un seguimiento intensivo de la situación.

La preocupación también es grande en Polonia y Hungría. Las autoridades polacas y húngaras siguen de cerca la situación en Grecia y Rumanía y están preparando planes de contingencia para contener rápidamente un posible brote. El sector ganadero de Polonia ya ha sido puesto en alerta máxima y se han tomado medidas para restringir las importaciones de ovejas y cabras de las zonas afectadas.

El brote en el sudeste de Europa también representa una amenaza para otros países europeos. En Estonia, las autoridades han advertido del riesgo de que la PPR se propague al país del Mar Báltico. El gobierno estonio ha aconsejado a los agricultores que adopten estrictas medidas de bioseguridad y vigilen de cerca la salud de sus rebaños.

El impacto económico del brote de PPR es significativo. En Grecia, los agricultores ya han informado de pérdidas importantes debido a la muerte de animales enfermos y a la prohibición de transporte impuesta. La situación en Rumanía está exacerbando la presión económica sobre el sector ganadero. 

La Unión Europea está trabajando estrechamente con los países afectados para combatir la propagación de la PPR. Se están liberando fondos para ayuda de emergencia y se ha desarrollado un enfoque de coordinación para el seguimiento, la vacunación y la información.