Las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero en la Unión Europea (EU) se redujeron sustancialmente el año pasado. Las cifras publicadas recientemente muestran que la reducción se reducirá no menos del 8,3 por ciento en 2023.
Esta disminución supera las estimaciones convencionales anteriores y confirma que los países del EU han dado colectivamente un paso importante hacia sus objetivos climáticos.
La disminución es especialmente notable dado que la economía EU experimentó un crecimiento modesto del 1,2 por ciento. Esto indica que el crecimiento económico y la reducción de residuos pueden ir de la mano hasta cierto punto.
La importante caída de las emisiones se debió a una combinación de factores. En primer lugar, unas leyes medioambientales más estrictas han dado sus frutos. Esto ha llevado a una reducción en el uso de combustibles fósiles. En segundo lugar, el suave invierno de 2023 jugó un papel importante, ya que la demanda de energía para calefacción fue muy inferior a lo normal.
La presentación de estas nuevas cifras se produjo en un momento crucial, es decir, justo antes de la audiencia en el Parlamento Europeo sobre la posible reelección de Wopke Hoekstra como Comisario del Clima del EU.
Hoekstra, exministro de Asuntos Exteriores de Países Bajos, tuvo que justificar sus planes de futuro y la forma en la que piensa apoyar los objetivos climáticos del EU.
En su declaración, Hoekstra dejó claro que quiere la plena aplicación de las normas medioambientales europeas y prometió respetar todos los acuerdos establecidos en el Pacto Verde y la estrategia climática más amplia. Los opositores dudaron abiertamente del compromiso de Hoekstra.
Los nuevos datos de emisiones no sólo son una señal alentadora para el EU en su conjunto, sino que también subrayan la necesidad de cumplir los objetivos del Acuerdo de París.